Las agencias de noticias nutren de contenidos a los medios
de comunicación clásicos, que los valoran por su rapidez, credibilidad y
variedad temática. Con internet estos medios están atravesando un doble proceso
de cambio, tanto de contenidos como de modelo de negocio, por lo que ambas
cosas están afectando a quienes son sus principales proveedores:
las agencias de noticias.
1-Más color, menos corbatas. Los
medios clásicos generalistas
han introducido como novedad o han dado más espacio a temáticas “blandas” (famosos,
tendencias, novedades tecnológicas, productos gastronómicos, turísticos, hechos
insólitos, actos sociales…) Las agencias de noticias no tenían estos temas en
su punto de mira informativo central, por lo que contaban con servicios específicos,
como reportajes, productos a la carta, para cubrir este segmento pero siempre separados del hilo informativo central. La diferencia es que
ahora los servicios generalistas de las agencias de noticias deberán dar cabida
a este tipo de informaciones en sus hilos centrales, lo que suscita un cambio en el modo de abordar la
información (noticias con más color, más heterodoxas desde el punto de vista
gramatical, más cercana a los personajes de la prensa del corazón que a los
tipos con corbata de la política y la economía) y una interpretación más
flexible de sus respectivos libros de estilo, ya que la frontera entre
información y entretenimiento se ha hecho más difusa en el mundo internet. ¿Puede hacerse? Sí. Puede hacerse aplicando el mismo sentido común que desde hace años se utiliza en la cobertura de la presentación de otros productos de consumo masivo: automóviles, giras promocionales, libros...
2-La doble S: Serios pero seductores. ¿Están preparadas las
agencias para gestionar con criterio periodístico la línea roja que separa información de entretenimiento?
La primera cuestión es si las agencias tienen que acercarse
a esta línea. Mi opinión es que sí, porque nuestros clientes “clásicos”,
los que aún aportan los mayores ingresos, seguirán siendo clientes de
referencia en el futuro si consiguen hallar un modelo de negocio viable. Por
ello, las agencias tienen el deber –y la necesidad- de producir contenidos
atractivos para la nueva demanda de estos medios “clásicos”, lo que también es
una manera de contribuir a que sobrevivan a la crisis y, de paso, asegurarnos
también un futuro por nuestra parte.
Respecto a si las agencias están preparadas para ello,
considero que las grandes agencias de noticias generalistas deberán seguir
conjugando credibilidad y rapidez, pero que esta fórmula deberá completarse con
dos conceptos más: interés y seducción. El interés está relacionado con lo
dicho anteriormente: contenidos que ahora interesan a los medios “clásicos” y que
desde siempre interesan a los nuevos medios (portales, medios digitales
nativos, empresas, particulares, grupos de interés). La seducción significa que
no podemos seguir vendiendo noticias “a peso” y que luego el cliente elija. Esto
se ha acabado. Las agencias deben ofrecer sus servicios con lazo incluido: las
noticias deben estar clasificadas, jerarquizadas, empaquetadas con fotos y
videos, con enlaces de hipertexto….
En el viejo orden
bastaba con la credibilidad y la rapidez, pero en la era internet es
imprescindible ofrecer contenidos atractivos y presentarlos de manera que el
cliente perciba que le dan todo el trabajo hecho por un precio razonable. Las
agencias deben seducir con su marca, trasladar a los clientes, clásicos y
modernos, que están comprando un producto diferente, que le da el mismo
prestigio que el que les puede proporcionar contratar a un articulista de renombre.
Para ello, las agencias deberán jugar al borde del área de
sus actuales estructuras organizativas y de su libro de estilo, ya que no se
puede explicar con el mismo lenguaje y estilo una presentación de joyas que una
operación policial, por decirlo gráficamente. Pero esto choca con la cultura de
décadas y décadas de oficio del periodismo de agencia, concebidos para otra
época, cuando las agencias vendían teletipos en blanco y negro, a veces sin
comas ni acentos, con titulares telegráficos y lenguaje plano y estandar, listo
para ser centrifugados por terceros.
3- Soluciones imaginativas, pero sin perder la cabeza. Se abren
así nuevas opciones, como que las agencias de noticias apuesten por
instrumentos específicos para conquistar unos nuevos mercados que:
A: valoran la noticia no con ojos de periodista, sino de
comercial. Es decir, a precio mínimo y, si puede ser, gratis.
B: su principal interés por las agencias no es informarse,
sino el prestigio que les proporciona que sus marcas aparezcan citadas en su hilo
general de noticias y, si es posible, con enfoques agradables y alejados de la
polémica.
C: huyen de la información “dura” (política, economía…) y
demandan lo que hemos llamado antes información “blanda”
¿Y de qué instrumentos estamos hablando? No veo lógico que
una agencia de noticias sacrifique su credibilidad por un mercado que, pese a
ser necesario, tendrá que conquistar 1.000 clientes para ingresar lo que ahora
ingresa con 20 de los clásicos”. Es más, si sólo quedara un
único periódico con ambición de calidad en el mundo, las grandes agencias deberían suministrarles
esos contenidos de calidad. Quizás sea más práctico plantearse fórmulas imaginativas
que dejen libre de cualquier sospecha su principal activo –el sello de
credibilidad- como la creación de filiales independientes con los recursos
humanos, técnicos adecuados y unos protocolos de actuación adaptados a esos nuevos clientes sin cruzar la línea roja que marca la ética periodística, o bien mediante alianzas con
socios tecnológicos, periodísticos o editoriales que complementen esta pata que
tanto van a necesitar –o ya están necesitando- las agencias de noticias de
referencia.