martes, 13 de enero de 2015

En cada becario hay un futuro director de periódico


¡Atención cazatalentos!. Leo en La Vanguardia  http://goo.gl/UH5Yiu, vía EFE http://www.efe.com/  que The Guardian busca nuevo director en su sección de empleo. Quieren encontrar sustituto a Alan Rusbridger, que dejará el cargo el próximo verano tras veinte años de “gran jefe” del rotativo. 

No lo ha hecho mal Rusbridger. The Guardian es uno de los periódicos que mejor han hecho la mudanza digital, y no son pocos los jóvenes periodistas que hoy día lo tienen como consulta de referencia en internet. También han cuidado los contenidos, y el año pasado compartieron Pullitzer con The Washington Post. Por todo ello el actual director pasará a presidir la propietaria de The Guardian. 

Nada que objetar a una decisión empresarial privada. Ni siquiera nada que decir del perfil que se busca: “dedicación a un periodismo abierto e independiente”, ser “embajador y un defensor acreditado de la empresa” o “líder de una organización con ambición global”.

Sí que me llama la atención un detalle. ¿Por qué se externaliza la oferta? ¿No hay talento nuevo más allá de Rusbridger? ¿No hay nadie allí dentro con una visión de futuro? El propio Rusbridger fue redactor y columnista de the Guardian durante ¡16 años! antes de ser director.

Un periódico no es una isla. Forma parte de una empresa, de unos interesases, de una cuenta de resultados. Eso está claro. Pero un periódico es también un estado de ánimo profesional, una cultura en sí mismo. Y esa cultura no se importa, no se improvisa, sino que se construye a lo largo de generaciones de periodistas, de un estilo de periodismo. Por eso me extraña que The Guardian busque nuevo director en su sección de empleo cuando el actual, surgido de esa cultura, ha dado tan buen resultado.

Antes de incurrir en malas interpretaciones no tengo nada en contra de las contrataciones externas. Cualquier medio de comunicación necesita renovar su visión con redactores que proceden de otros medios. Ellos aportan una visión fresca, original, que ayudan a construir ese patrimonio cultural en sí mismo que es un periódico. Pero también reivindico que para dirigir el barco siempre es una ayuda haber trabajado de grumete. En todas partes hay talento, a veces más oculto, a veces más brillante, pero creo que The Guardian debería explorar hasta el último rincón en busca de ese talento que, seguramente, está ahí y que en este momento tiene en su cabeza el presente y el pasado de El Periódico. 

Porque dirigir una empresa no es lo mismo que redirigir un proyecto privado de interés público, que es lo que viene a ser un medio de comunicación privado. Para enfocar el futuro se necesita del legado del pasado y del presente, con todos sus aciertos y errores, pero no se trata sólo de diseñar un plan, sino de haberlo pensado y madurado desde el origen de los tiempos. Un plan de negocio bien diseñado puede salvarte la vida temporalmente, pero hace falta algo más para salvar el alma de un periódico. 

Probablemente acaba de empezar a trabajar un becario en The Guardian que ya está pensando en cómo debe ser su periódico en la década del 2020. Y probablemente hay por ahí muchos redactores, que empezaron de becario, que tienen ganas, voluntad y competencias para tener en su cabeza el futuro de The Guardian.

Busque primero por ahí, señor Rusbridger. Y si no encuentra nada llame entonces a un cazatalentos. Pero el mejor cazatalentos de un periódico para encontrar al nuevo director quizás es usted mismo.


Teletip@os (Teletipo nómada)

Porque busqué por ahí un blog que sólo hablara de agencias de notícias.



teletipeando

Explicar historias complejas con fórmulas sencillas. Escribir menos sin dejar de explicar más. Calidad = credibilidad