sábado, 21 de febrero de 2015

¿Primero el titular?


 

La primera vez que entré en la redacción de la agencia de noticias Efe como becario  el redactor jefe que me enseñó a escribir un teletipo me aconsejó que primero redactara la noticia y dejara el titular para el final.

 

En aquellos años (finales de los ochenta) el titular de un teletipo era poco menos que un trámite periodístico, un indicador temático sin ningún futuro. Cuando llegaba a una redacción, el titular era cambiado por el medio en función de su criterio y línea editorial. Por ello escribíamos el titular “en indio”, sin artículos ni preposiciones. Tampoco ayudaba el hecho de que sólo disponíamos de una línea de espacio. No eran titulares, sino un telegrama.

 

Internet cambió todo esto. Los medios empezaron a volcar nuestros teletipos tal y cual lo recibían, por lo que empezamos a ampliar un poco más el espacio para el titular y a introducir artículos, de manera que se pudiera leer con todo su sentido. 

 

Y empezaron a abrirse algunos debates.

 

¿Debíamos hacer titulares más atractivos para captar el interés de nuestros clientes (y del lector final)? ¿O debíamos seguir con titulares planos, meramente descriptivos?

 

Reconozco que es mucho más atractivo titular “El partido Y fulmina a fulanito” que “el partido tal expulsa a fulanito por un presunto caso de malversación en las cuentas internas”. 

 

No hay color, ¿no?

 

Pero el caso es que el objetivo de las agencias de noticias es informar, no epatar. Y no hay manera más democrática de informar que ser preciso, conciso y neutro. Ya pondrá cada uno su gotita de color, su cuota de ego. No me malinterpreten. Me gusta leer titulares creativos y originales, y en las agencias de noticias hay un subgénero llamado crónica que admite titulares más literarios y con gancho, pero sólo me permito escribirlos si cumplen con el núcleo del contrato que hemos firmado con nuestros clientes. Y éste no es otro que ser rápidos, veraces y claros. Prestamos un servicio, norepartimos ocurrencias.

 

Quizás me estoy poniendo demasiado serio (y aburrido) Pero esto de la información es cosa seria. Otra cosa es el negocio de la información.

 

¿Y a qué viene todo esto?

 

Leí el otro día un interesante artículo de Ismael Nafría en La Vanguardia sobre el digital Quartz, un medio nativo digital sobre economía global que está teniendo un exitoso recorrido desde su creación de 2012. Dentro de la fórmula de su éxito figura esta máxima:

 

“Primero el titular: Al preparar una historia, lo primero que se les pide a los redactotres de Quartz es que tengan muy claro el titular, que será también el tuit a publicar”


.http://www.lavanguardia.com/comunicacion/20150217/54427291505/diez-millones-de-usuarios-avalan-el-proyecto-periodistico-de-quartz.html 

 

Bueno, si cogemos lo de trasladar el titular a un tuit ya estamos hablando de otra cosa, pero al menos se me ocurren cinco razones por las que todavía prefiero dejar el titular para el final:

 

1-Evito la tentación de construir el relato de unos hechos en función de una idea de titular preconcebido por el simple hecho de que “suena muy bien” o “impacta como un rayo”.

 

2-Las noticias deben ceñirse a los hechos, pero los hechos están llenos de matices, de pequeños detalles, de precedentes, de opiniones diversas… Si somos periodistas que aceptamos la complejidad, no podemos pretender imponer un titular reduccionista porque simplemente sea más “vendible”. Aquello de “no dejes que la realidad te arruine un buen titular” no puede convertirse, por sí mismo, en una pauta de trabajo.

 

3-Un titular informativo –cuando hay noticia de verdad- engancha por sí mismo. No hay que adornarlo. Cuando abdicó el Papa Benedicto XVI, el titular de ANSA, que dio la exclusiva fue “Papa lascia Pontificato dal 28/2” Os aseguro que todos los medios del mundo “pincharon” la noticia sin reparar en si aquel titular tenía más o menos gancho.

 

4-El periodismo es un oficio y la noticia el resultado de un proceso humano de recogida de datos, investigación, cruce de hechos y redacción final. Si convertimos el titular en el elemento principal, en un mero reclamo, estamos adentrándonos en un territorio próximo, pero sensiblemente diferente: se llama eslogan.

 

5-Podemos atrapar al lector con un titular con gancho, y podemos hacerlo dos, tres o cuatro veces. Pero a la quinta, si la noticia no refleja lo expresado en el titular, saltaremos a la próxima noticia sin ni siquiera detenerse. El titular debe ser la puerta de entrada a la noticia, no una alfombra roja que se acaba en sí misma.  Un titular con gancho pero sin alma es como un mal photoshop. Y enseguida se descubre el truco.

martes, 13 de enero de 2015

En cada becario hay un futuro director de periódico


¡Atención cazatalentos!. Leo en La Vanguardia  http://goo.gl/UH5Yiu, vía EFE http://www.efe.com/  que The Guardian busca nuevo director en su sección de empleo. Quieren encontrar sustituto a Alan Rusbridger, que dejará el cargo el próximo verano tras veinte años de “gran jefe” del rotativo. 

No lo ha hecho mal Rusbridger. The Guardian es uno de los periódicos que mejor han hecho la mudanza digital, y no son pocos los jóvenes periodistas que hoy día lo tienen como consulta de referencia en internet. También han cuidado los contenidos, y el año pasado compartieron Pullitzer con The Washington Post. Por todo ello el actual director pasará a presidir la propietaria de The Guardian. 

Nada que objetar a una decisión empresarial privada. Ni siquiera nada que decir del perfil que se busca: “dedicación a un periodismo abierto e independiente”, ser “embajador y un defensor acreditado de la empresa” o “líder de una organización con ambición global”.

Sí que me llama la atención un detalle. ¿Por qué se externaliza la oferta? ¿No hay talento nuevo más allá de Rusbridger? ¿No hay nadie allí dentro con una visión de futuro? El propio Rusbridger fue redactor y columnista de the Guardian durante ¡16 años! antes de ser director.

Un periódico no es una isla. Forma parte de una empresa, de unos interesases, de una cuenta de resultados. Eso está claro. Pero un periódico es también un estado de ánimo profesional, una cultura en sí mismo. Y esa cultura no se importa, no se improvisa, sino que se construye a lo largo de generaciones de periodistas, de un estilo de periodismo. Por eso me extraña que The Guardian busque nuevo director en su sección de empleo cuando el actual, surgido de esa cultura, ha dado tan buen resultado.

Antes de incurrir en malas interpretaciones no tengo nada en contra de las contrataciones externas. Cualquier medio de comunicación necesita renovar su visión con redactores que proceden de otros medios. Ellos aportan una visión fresca, original, que ayudan a construir ese patrimonio cultural en sí mismo que es un periódico. Pero también reivindico que para dirigir el barco siempre es una ayuda haber trabajado de grumete. En todas partes hay talento, a veces más oculto, a veces más brillante, pero creo que The Guardian debería explorar hasta el último rincón en busca de ese talento que, seguramente, está ahí y que en este momento tiene en su cabeza el presente y el pasado de El Periódico. 

Porque dirigir una empresa no es lo mismo que redirigir un proyecto privado de interés público, que es lo que viene a ser un medio de comunicación privado. Para enfocar el futuro se necesita del legado del pasado y del presente, con todos sus aciertos y errores, pero no se trata sólo de diseñar un plan, sino de haberlo pensado y madurado desde el origen de los tiempos. Un plan de negocio bien diseñado puede salvarte la vida temporalmente, pero hace falta algo más para salvar el alma de un periódico. 

Probablemente acaba de empezar a trabajar un becario en The Guardian que ya está pensando en cómo debe ser su periódico en la década del 2020. Y probablemente hay por ahí muchos redactores, que empezaron de becario, que tienen ganas, voluntad y competencias para tener en su cabeza el futuro de The Guardian.

Busque primero por ahí, señor Rusbridger. Y si no encuentra nada llame entonces a un cazatalentos. Pero el mejor cazatalentos de un periódico para encontrar al nuevo director quizás es usted mismo.


Teletip@os (Teletipo nómada)

Porque busqué por ahí un blog que sólo hablara de agencias de notícias.



teletipeando

Explicar historias complejas con fórmulas sencillas. Escribir menos sin dejar de explicar más. Calidad = credibilidad