miércoles, 5 de octubre de 2016

"Terminators" del periodismo

Sí, Terminators, pero en son de paz. Resulta que los periodistas de agencias de noticias veníamos del futuro. Toda la vida pensando que ser periodista de agencia era algo gris, poco lucido –no firmábamos, no brillábamos en las tertulias- e incluso un punto anacrónicos respecto a nuestros colegas de prensa, radio y televisión... Y resulta que éramos los más modernos. Vamos, como el Terminator que llegaba a la tierra para decirnos que venía del futuro.

Y es que, cuando no existía internet, los periodistas de agencia ya trabajábamos, razonábamos y actuábamos en tiempo internet. 24x360 versión boli y libreta. Y creed que tenía mérito eso de ser rápidos e instantáneos en un país de cabinas telefónicas, sin teléfonos inteligentes para llamar en cualquier momento a una fuente o que te llamaran para avisarte de una noticia o consultar Google.

Los agencieros íbamos a cubrir informaciones e, inmediatamente recogidos los datos –sí, he dicho datos- dedicábamos un minuto a repasar las notas, elegir un titular, escribir la noticia y transmitirla. Jugábamos sin red, sin ninguna referencia anterior. No podíamos goglear por dónde había tirado la competencia, o qué se estaba diciendo ya al respecto por twitter. Había que tirar el penalti sí o sí, y entre los tres palos. 

A diferencia de ahora, aquella noticia no viajaba inmediatamente al público, sino que salía escupida por unas máquinas llamadas teletipos que llegaban a las redacciones para ser reelaboradas por los colegas de la prensa escrita, que al día siguiente reproducían –o no- el crédito de la agencia.

Éramos terminators del periodismo y veníamos del futuro, porque ya entonces nos hacíamos muchas preguntas. Y, ciertamente, esas preguntas resultaban inquietantes. Teníamos muchos interrogantes que hoy día están al cabo de la calle en el periodismo. Preguntas sin respuesta, que apenas nos atrevíamos a compartir con nadie –teníamos complejo de raros, no vendíamos vajillas con el producto y aún no se había inventado el blog para divagar en vivo y en directo- 

Eran cuestiones como ¿debemos dar prioridad a la rapidez o a la exactitud? ¿una información debe tener al menos dos fuentes que la corroboren? ¿Y si mi titular, lastrado por la limitación de espacio, peca de impreciso o tiende al equívoco?

¿Os suenan estas preguntas? Pues en eso estábamos ya  hace quince o veinte años. Con el añadido de que las informaciones de agencia erróneas no pueden eliminarse del sistema. Ni siquiera hoy, que en internet se corta, se pega se elimina y, ¡voilà! He aquí otro titular. En una agencia si te equivocas de verdad se corrige, y punto. Y no corrige el periodista, sino la marca entera; es decir, cuando te equivocas tú estás comprometiendo la reputación del resto de tus compañeros. Poca broma si tienes la desgracia, la impericia o la mala suerte de equivocarte varias veces en poco tiempo.

Ahora todos chutamos el penalti, que no es lo mismo que echar balones fuera, porque a menudo confundimos llegar el primero con ser los primeros en informar. Y en cuanto a los titulares no hay debate posible, en la era digital hay que elegir las palabras que generen más click, no las que generen más información.   


Y toda la vida pensando que ser periodista de agencia era rutinario y funcionarial y resulta que ya estábamos haciendo la revolución de internet cuando el creador de twitter gateaba en pañales. Y como todos los revolucionarios avanzábamos a ciegas, pero sin detenernos a pensar demasiado. 

Porque el periodismo se hace, no se corta, ni se pega. Y consiste en explicar lo que pasa, y no lo que uno quiere que pase....

Aunque vengamos del futuro

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Teletip@os (Teletipo nómada)

Porque busqué por ahí un blog que sólo hablara de agencias de notícias.



teletipeando

Explicar historias complejas con fórmulas sencillas. Escribir menos sin dejar de explicar más. Calidad = credibilidad